La relevancia de los Nobel de Medicina y Fisiología 2021 en el contexto de los canales iónicos

Desde el 4 al 11 de octubre se están dando a conocer los nombres de las y los ganadores de los premios Nobel 2021 en 6 diferentes categorías. Este año, la prestigiosa premiación cumple su 120 aniversario. Sin embargo, y dado a la actual pandemia de COVID-19, esta edición tampoco tendrá ceremonia presencial, por lo cual las y los laureados están recibiendo sus medallas y diplomas en sus países de origen. 

Los premios, fundados en 1895 en honor a Alfred Nobel, científico y empresario sueco, se realizaron por primera vez en 1901 y desde aquel año han existido más de 900 laureados en áreas tan diversas como la física, química, medicina y literatura. También existen un premio Nobel de la Paz, el cual se entrega en una ceremonia aparte.

Por otro lado, y también en honor a Alfred Nobel, la premiación es realizada el 10 de diciembre en Estocolmo, ya que esta fecha corresponde al fallecimiento del científico.

En el caso de la categoría de Medicina y Fisiología, los acreedores del galardón 2021 fueron los Doctores David Julius y Ardem Patapoutian, quienes han realizado importantes aportes en al área de los canales iónicos, especialmente, termo y mecanosensibles.

En el caso del Dr. Julius, es importante destacar que descubrió el canal TRPV1, el cual se activa por sensación de dolor. Este descubrimiento, mediado en su inicio por la capsaicina, generó un escenario óptimo para comprender mejor el rol de canales TRP en procesos de termosensación. De esta manera, y en carriles separados, los Dres. Julius y Patapoutian, descubrieron el canal TRPM8, otra proteína sensitiva. Esta vez, al frío. 

“Los aportes del Dr. Ardem Patapoutian respecto a TRPM8 son varios y muy destacados. Por nombrar algunos, fue el Dr. Patapoutian y su grupo, en paralelo al Dr. David Julius y su equipo, quienes clonaron y caracterizaron por primera vez a TRPM8 como un canal de iones que se activaba por frío y por sustancias que generan sensación de frío como el mentol.  Ellos encontraron además que este canal se expresaba en un subgrupo particular de neuronas somatosensoriales primarias.  Estas neuronas corresponden a los termorreceptores de frío, que son las encargadas de detectar y luego transmitir en forma de impulsos nerviosos los descensos moderados de la temperatura.  Su trabajo posterior en TRPM8 contribuyó a determinar, entre otros, qué partes de la proteína son necesarias para la unión del mentol, aportando a desvelar los mecanismos de su activación por agonistas químicos. Además, el grupo del Dr. Patapoutian fue uno de los tres que en paralelo desarrollaron ratones knockout de este canal, lo que permitió establecer inequívocamente la relevancia de TRPM8 en la transducción del frío inocuo y lesivo en mamíferos.  De esta manera, el trabajo seminal del Dr. Patapoutian abrió la puerta al entendimiento que hoy, casi 20 años después, tenemos acerca de las bases moleculares y neurales de la termotransducción y de la nocicepción asociadas a la función de este canal de iones polimodal”, expresa el Dr. Rodolfo Madrid, Investigador Asociado del Núcleo Milenio MiNICAD y académico de la Facultad de Química y Biología, Universidad de Santiago de Chile. 

Por otro lado, y dando hincapié a la relevancia de este premio en torno a la ciencia básica, el Dr. Diego Varela, Director Alterno de MiNICAD y académico del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina, Universidad de Chile, señala: “El que este premio haya sido otorgado a dos investigadores dedicados a estudiar los mecanismos fundamentales de la percepción, debido a su prometedor alcance en el desarrollo de fármacos, no hace más que poner en relieve la importancia de invertir, como Estado, en el desarrollo de este tipo de investigación. Así, identificar nuevos canales iónicos, y, sobre todo, estudiar los mecanismos que los regulan, no sólo es importante para el conocimiento general, sino que, es el primer paso para el desarrollo de fármacos específicos que, si bien podemos demorarnos 10 o 20 años en desarrollar, sin este primer paso, sería posible”.  

Este es el cuarto premio Nobel otorgado a científicos trascendentales en el área de los canales iónicos. “El primero, en el año 1963, fueron Sir John Eccles, Alan L. Hodgkin y Andrew F. Huxley, por explicar los mecanismos iónicos involucrados en la excitabilidad eléctrica, el segundo (1991), para Erwin Neher y Bert Sakmann por desarrollar la técnica del patch-clamp que ha permitido el estudio de la importancia de los canales iónicos en la fisiología y fisiopatología humana, y el tercero (2003), para Peter Agre y Roderick MacKinnon, por el descubrimiento de los canales de agua y el aporte en la relación estructura-función de estas proteínas”, enfatiza el Dr. Varela. 

A juicio del doctor en Ciencias Biomédicas, el galardón de los Dres. Julius y Patapoutian demuestra que la investigación enfocada en estas proteínas particulares ha sido, sigue siendo y seguirá constituyendo, una fuente importante para comprender mejor los aspectos vinculados a la fisiología y fisiopatología humana.

“Nuestro núcleo siempre ha mirado con mucho respeto y admiración lo realizado (y que siguen realizando) por tantos científicos, especialmente en nuestro país, donde ha marcado el desarrollo del área. En este sentido, este premio Nobel lo que hace es reafirmar nuestro objetivo principal, que es establecernos como un centro de excelencia en el estudio de los canales iónicos, siempre abiertos a la colaboración y al aprendizaje con otros grupos”, finaliza el académico.

Por otro lado, el Dr. Madrid, indica que, si bien los aportes y los avances en el área son enormes y muy importantes, hay desafíos que continúan abiertos, especialmente “en el estudio de la expresión y regulación funcional de estos canales y su papel no sólo en los mecanismos moleculares de la transducción térmica, química y mecánica, sino también, en muchos otros procesos celulares tanto en condiciones fisiológicas como fisiopatológicas.  Enfermedades como el cáncer, la migraña, la hipertensión, el dolor crónico y múltiples alteraciones sensoriales, por nombrar algunas, son el resultado del funcionamiento anómalo de los canales que los Dres. Julius y Patapoutian clonaron y caracterizaron. Hoy más que nunca cobra relevancia el legado de los galardonados, gracias a un reconocimiento que no solo ha alegrado a quienes lo recibieron, sino también a todos los que formamos parte de la enorme comunidad de científicos que estudia el papel de estas extraordinarias máquinas moleculares en los sentidos (y mucho más allá)”, cierra el Dr. Rodolfo Madrid.

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